Vamos a abordar en este artículo un tema de actualidad, que preocupa cada vez más a las familias, o mejor dicho, a toda la comunidad educativa en general: el acoso escolar. Aunque he trabajado bastantes casos en mi gabinete, no me considero experto en ello, pero creo que desde mi experiencia de trabajo con familias puedo aportar algunas claves para intentar prevenir este gran problema que azota a muchos niños y niñas. Por supuesto que es un tema complejo, que se debe abordar desde muchas disciplinas y ámbitos. Me limito a aportar unas pequeñas claves que creo pueden ayudar a entender y a atender de una manera más inteligente para prevenir este problema desde casa. Aquí van cinco claves:
- Céntrate en tu territorio, el hogar: observo a familias que cuando llevan a sus hijos e hijas al colegio, les recuerdan una y otra vez que se porten bien, que no hagan tonterías, que obedezcan al profesor… en lugar de decirle disfruta, pásalo bien, ya me contarás. El entorno escolar es un espacio fuera de control de los padres y madres, por lo que deberíamos trasmitir mensajes repletos de confianza y respeto a nuestros hijos e hijas. Estoy convencido que limitarte a decir no pegues en el recreo en el salón de tu casa, no funciona. Al igual que pensar que es el profesorado, exclusivamente, el que tiene que dar respuesta a esta problemática.
- Observa tus habilidades parentales para resolver esos conflictos: el acoso escolar es un conflicto, o mejor dicho, un proceso con diferentes conflictos encadenados que nuestros hijos e hijas deben afrontar con inteligencia. En cualquier casa, a diario, hay innumerables conflictos a resolver, y los padres y madres son modelos a seguir. El estilo de afrontamiento al conflicto de los padres influye en el futuro estilo de las hijas e hijos. Si eres evitador de los conflictos, si no eres respetuoso a la hora de afrontarlos, si eres asertivo. De cómo gestiones los conflictos en casa, tu hija o hijo aprenderá a afrontarlos fuera de casa. Esto se une al primer punto, céntrate en tu escenario, en tus habilidades. Utiliza herramientas educativas positivas y respetuosas como la que te explicamos en nuestra plataforma: el semáforo inteligente, que explicamos en nuestro curso https://familiasenlanube.org/curso/poner-limites-con-respeto-educando-hacia-las-nubes/ Pero antes, siempre recomendamos que se realicen los cursos gratuitos de la plataforma.
- Atiende al plano emocional: a la hora de resolver los conflictos cotidianos en casa, nos solemos olvidar del plano emocional de nuestros hijos e hijas. Y si no lo atendemos a tiempo, al inicio del conflicto (no al final) a ellos les costará mucho más atender a las emociones de sus amistades cuando surjan problemas. Los padres y madres tenemos que estar ahí para cuando se frustran, se agobian, se enfurecen, con nosotros, o con el mundo. Un niño que no ve atendido sus emociones, difícilmente será empático, principal herramienta preventiva del acoso escolar (bueno, y de muchas más cosas).
- Busca tu coherencia educativa: los niños y niñas necesitan creernos, fiarse de sus padres. La coherencia emana credibilidad. Y la credibilidad aporta la seguridad suficiente para aprender estrategias y recursos para el manejo de las situaciones grupales. El acoso escolar, es grupal. Y todo lo que sea aprender habilidades de manejo en grupos, previene. Además, la coherencia nos hace visibles, disponibles. Hace que perciban que estamos ahí para apoyarles pase lo que pase. Como escribí en mi libro, somos su campamento base.
- Maneja sus provocaciones con inteligencia: las provocaciones suelen ser las manipulaciones, las frases que usan nuestros hijos e hijas para conseguir lo que quieren y evitar todo aquello que no le gusta. No me canso de repetir la importancia de que los padres sepamos manejar estas situaciones, habituales en todos los hogares. Los niños y niñas, desde pequeños, despliegan su ingenio para conseguir aquello que desean, y quitarse de en medio obligaciones y deberes. Los padres y madres sabemos la importancia de buscar de su equilibrio, a las diferentes etapas evolutivas, pero no todos consiguen su objetivo. Hay provocaciones, manipulaciones funcionales, que son útiles. Si en casa me funciona decir frases a mis padres que les hacen sentir mal para conseguir algo, voy a ponerlo en marcha fuera de casa. Y mi experiencia clínica dice que la semilla del acoso escolar, o de cualquier contexto de violencia, es el uso de estas manipulaciones.
Reducir las manipulaciones funcionales en casa, previene cualquier semilla de violencia. Si queremos un mundo mejor, más justo, solidario y pacífico, querido padre, querida madre, céntrate en que en tu hogar no funcione ninguna manipulación, en ninguna dirección.
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