Educación en valores

Las actividades extraescolares: ¿quién, por qué y para qué?

La vuelta al cole siempre produce un revoltijo emocional a veces difícil de describir. En las hijas e hijos, y en los padres. Son varios los asuntos que hay que atender, y entre ellos siempre está el tema de las actividades extraescolares.

Yo aplicaría la técnica de las tres cuestiones para reflexionar sobre ello. Bueno, podrían ser más.

Familias inteligentes: claves prácticas para educar

El best seller de Antonio Ortuño que explica su revolucionario método para educar en familia. Descubre por qué confían en su libro más de 20.000 familias.

Aprenderás los métodos más utiles que han probado su eficacia con familias de todo el mundo en más de 25 años de terapia.

Aprovecha nuestra oferta limitada
  1. ¿Quién decide las actividades extraescolares?
  2. ¿Por qué se decide esas actividades?
  3. ¿Para qué se decide esas actividades?

1.- ¿Quién decide?

Lo primero que viene a la cabeza es la edad. A menor edad, más decisión adulta. Lo que implica que a mayor edad, menos decisión adulta. Aunque el objetivo educativo, para que haya aprendizaje, sea motivador y emocione, hay que intentar que la decisión la construya el hijo o la hija  cuanto antes. Acordaros de nuestro famoso semáforo inteligente:

  • hay actividades que no se pueden elegir (semáforo rojo) por su coste, desplazamiento, temática. El control y la decisión es adulta.
  • Hay actividades que se pueden elegir, pero de forma conjunta y negociada (no impuesta) con los hijos e hijas (semáforo amarillo).
  • Y en el semáforo verde, la decisión de qué actividades quiere realizar la den¡be tener el niño o la niña.

La recomendación que siempre doy en las terapias es “busca el equilibrio”. Tan negativo es que con 15 años esté todo en el rojo, como con 5 años esté todo en el verde. Los tres colores a todas las edades. El porcentaje de cada color, con un café lo pensáis (o lo piensas).

¿Por qué se decide esas actividades?

¿Por vosotros? ¿Por tu hija o hijo? ¿Por el horario?  Es importante poner encima la mesa tanto las motivaciones adultas (que puede que no coincidan) como la de los hijos e hijas. Lo que se empieza, se acaba, sería una buena recomendación para todo (autocontrol, tolerancia a la frustración, persistencia), incluido las actividades extraescolares. Por eso, es   fundamental empezar bien el viaje analizando las motivaciones, tanto las manifiestas (que aprende a tocar la guitarra es adecuado ) como las ocultas (mi gran frustración fue no aprender a tocar la guitarra y quiero que mi hijo aprenda).

¿Para qué esas actividades?

Cursos Familias en la Nube

Descubre el método educativo revolucionario que ha cambiado la vida a más de 20.000 familias. Mejora el clima de tu hogar con nuestra exclusiva formación en vídeo.

Incluyen las técnicas más eficaces y los mejores consejos para que tus hijos crezcan responsables y felices.

Empieza ahora gratis

Muy unida a la pregunta anterior, se trata de plantear  las expectativas que se tienen en el mundo adulto a la hora de apuntar al hijo o hija a la actividad extraescolar. Y aquí me paro para hacer esta pregunta. En la sociedad actual, ¿qué expectativas hay con respecto al tiempo libre de la infancia y adolescencia? Algunas reflexiones:

  • Nos venden la idea de que no se puede perder el tiempo, que hay que capacitarles para poder ser alguien en este mundo. Hay que prepararlos para competir, para ser mejor que los demás. El inglés es importante, pero tocar la flauta también. Ah, y si hace deporte, mejor… Para ello las actividades extraescolares son un instrumento idóneo. Y no podemos permitirnos el lujo de dejarles jugar a su criterio, por ejemplo.
  • Se valora más el tener que el estar. Estar con tus amistades en el parque riendo no interesa al sistema, lo que le interesa es que se necesite un teléfono para que se puedan reir. Hay un desplazamiento de las personas hacia los objetos.
  • La calle tiene que ser peligrosa. Se debe vender esa imagen. Para que los niños y niñas estén más en casa (por lo que necesitan más objetos, más consumo) o se apunten a más actividades extraescolares, ya que está reguladas y son aparentemente más seguras. El tema de estar reguladas hay que darle na vuelta: ¡Papá, quiero ir a la piscina! Hoy es martes, cariño. Es mañana. Al día siguiente:¡Papá, quiero jugar contigo a la pelota! No cariño, que tienes piscina. Te imaginas diciendo a tu pareja: “Cielo, voy a poner la radio”, y que la contestación sea, “no cariño, recuerda que la puedes poner los martes de 5 a 6”.

Pues eso, más calle y campo, más interacción entre personas, más familia, mínima regulación temporal, más juego libre, y más implicación de los hijos e hijas en las decisiones. Algo se me olvida, seguro. En fin, lo dejo ahí.

Antonio Ortuño

Psicólogo especialista en Psicología Clínica Infanto-juvenil y Terapeuta Familiar desde hace más de 25 años. Conferenciante sobre temas educativos, centrados en la parentalidad positiva, su modelo educativo consiste en dotar de herramientas a los padres y madres para que sepan poner límites de una forma respetuosa, con la responsabilidad y la felicidad como compañeras de viaje.

Recent Posts

Emociones de ida y vuelta

Después de varias semanas de parón, volvemos a escribir en el blog. Y no he…

5 años hace

Confinados dentro del confinamiento

Llevamos más de dos meses en confinamiento. Dos meses dan para mucho, o para poco.…

5 años hace

Tres pasos para una convivencia familiar inteligente

Cuando un ser humano está obligado a confinarse, puede adoptar dos posturas: quejarse o aprovechar…

5 años hace

Invisibilizar incompetencias

Vivimos en tiempos revueltos. Hay mucho tiempo para todo. Para leer, para cocinar, para jugar…

5 años hace

¡No lo sé!

En estos días de confinamiento no estoy viendo la televisión. Las redes sociales son mi…

5 años hace

El «coronavirus psicológico» de todas las familias: el miedo

En plena crisis del coronavirus, se mueven por las redes sociales todo tipo de consejos…

5 años hace