Educación en valores

Big Five (I): apertura a nuevas experiencias en la familia

En el anterior artículo del blog, reflexionamos sobre la conexión de la parentalidad positiva con un modelo de personalidad denominado de los Big Five (los cinco grandes). Los Big Five son cinco rasgos de personalidad: apertura a nuevas experiencias, responsabilidad, extraversión, amabilidad y neuroticismo.

Vamos a dedicar un artículo por cada rasgo de personalidad, contrastando cada rasgo con las habilidades parentales cotidianas, con los estilos educativos. Ahora vamos a abordar el primero: apertura a nuevas experiencias. Para empezar, recuperamos un texto extraído de nuestro libro estrella, Familias Inteligentes, claves prácticas para educar https://familiasenlanube.org/tienda/:

Familias inteligentes: claves prácticas para educar

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Las familias inteligentes buscan y promueven los cambios, el avance. Se proyectan hacia el futuro. Son curiosas, ambiciosas, les gusta descubrir nuevas cosas. No dudan para acudir a una asamblea de barrio, o a un curso de formación, o decir sí a una invitación a cenar. Suelen aportar resiliencia, es decir, creen en sus capacidades ante la adversidad, en su estilo de afrontamiento de los acontecimientos de la vida. Asimilando los conflictos no como problemas, sino como retos y oportunidades. Son valientes y perseverantes. Se deleitan con el encuentro con distintas realidades, entremezclando rutinas y riesgos. Ven oportunidades en los riesgos, y los riesgos de cada oportunidad. Pensar en una educación sin riesgos, sin conflictos es como querer multiplicar sin saber sumar. Todo aprendizaje acarrea un cambio, y todo cambio puede acarrear conflicto: apuntarse a un coro, dejar que el hijo vaya solo al Colegio, ir a una entrevista con la tutora.

Ninguna experiencia es tan novedosa como la crianza. Educar implica afrontar nuevas realidades, una y otra vez. Y también educar implica dejar que nuestros hijos e hijas afronten nuevas realidades, poco a poco, acomodándolo a sus ritmos evolutivos. Por eso, hay que llevarse bien con los cambios, con las novedades, con las sorpresas, porque en cualquier familia se convive con ello.

La familia está cambiando continuamente, y por eso le tienen que gustar los cambios. Pero, por otro lado, como necesita tener percepción de control (función de cualquier cerebro), lo conocido, lo habitual, da sensación de seguridad. Así que, en cualquier familia, lo inteligente es buscar el equilibrio entre lo conocido y lo desconocido, entre lo viejo y lo nuevo, entre rutina y riesgo.

Como es imposible educar sin riesgos, sin cambios, sin novedades, lo inteligente es anticipar, afrontar, ir en busca de esas nuevas experiencias que estimulen nuestras vidas y cerebros. Un niño, una niña, tiene derecho a tener nuevas y diferentes experiencias, realidades heterogéneas que afrontar. La diversidad contextual, la apertura a nuevas experiencias, es un rasgo de personalidad a desarrollar en el ámbito familiar desde el inicio de la crianza.

Dormir fuera de casa, dejar a tus hijos e hijas al cuidado de otras personas, delegar la responsabilidad educativa confiando en otros agentes educativos (el profesorado, por ejemplo), llevarlos a un campamento de 15 días con un grupo scout, apuntarse a unas colonias deportivas… son acciones que toda familia debe potenciar, dentro de sus posibilidades. Cuanto más experiencias y realidades diferentes afronten, más herramientas para la vida aprenden. Con inteligencia, con equilibrio (no se trata de que duerman todos los días fuera de casa).

Todos los padres y madres del planeta nos preocupamos por la vida de nuestros hijos e hijas, por aquellos aspectos que ya no controlamos. Abrirnos a nuevas experiencias implica preocupación (se nos activa siempre la liebre), pero tenemos que aprender a gestionarlo. Se puede aprender. No queda otra.

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Así que os deseamos que durante 2019 abráis la puerta a las ilusiones, a las experiencias nuevas, y la cerréis ante los miedos y las preocupaciones. ¡Feliz año!

Antonio Ortuño

Psicólogo especialista en Psicología Clínica Infanto-juvenil y Terapeuta Familiar desde hace más de 25 años. Conferenciante sobre temas educativos, centrados en la parentalidad positiva, su modelo educativo consiste en dotar de herramientas a los padres y madres para que sepan poner límites de una forma respetuosa, con la responsabilidad y la felicidad como compañeras de viaje.

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